Si tienes la mala costumbre de no limpiar el interior de la tapa, quizá te parezca ver como si se estuviera pelando. Aunque las peladuras se asemejan mucho a pintura, no lo son.
Se trata de grasa y depósitos de humo acumulados a lo largo del tiempo. No hay razón alguna para preocuparse, ya que no son tóxicos. Sin embargo, estos depósitos pueden empezar a descascarillarse o pelarse si no se eliminan.
Es un problema fácil de resolver.
- El primer paso consiste en sacar tu fiable cepillo Weber con cerdas de acero inoxidable y emplearlo a fondo con esas peladuras. Realizando un movimiento adelante y atrás, elimina tanto residuo incrustado como puedas. Con ello deberías poder quitar la mayor parte de la suciedad acumulada.
- Una vez eliminada con el cepillo, rocía el interior de la tapa con el agente de limpieza para parrillas Weber, que descompondrá la grasa restante en un abrir y cerrar de ojos. Deja que el agente repose en la tapa durante 30 segundos antes de pasarle un papel de cocina húmedo. Si no tienes el agente de limpieza para parrillas Weber, usa agua y jabón mientras la tapa está templada, no caliente.