La mayoría de los modelos de gas Weber incorporan un termómetro en la tapa que permite conocer la temperatura de la barbacoa de manera fácil y rápida. Muchos de esos termómetros pueden leer temperaturas de hasta 300-400 °C y, en ocasiones, los clientes nos preguntan: “¿por qué no alcanza esa temperatura mi barbacoa?”.
La respuesta es que las barbacoas Weber están diseñadas para alcanzar un máximo de 260-290 °C. Ello puede causar cierta confusión. ¿Por qué proporcionar termómetros que pueden dar lecturas por encima de la temperatura para la que está diseñada la barbacoa? La forma más sencilla de entenderlo es comparar el termómetro con el velocímetro de un coche. Por ejemplo, el velocímetro de mi coche alcanza hasta 240 km/h, pero no hay forma de que logre ir nunca con él a esa velocidad.
En realidad, no tiene mucho sentido que una barbacoa de gas caliente mucho más allá de 290 °C y, una vez que pase de ahí, el riesgo de que la comida se queme es muy alto. Además, las barbacoas Weber no solo están diseñadas para ofrecer calidad y fiabilidad: también pretenden ser eficientes, y poner una barbacoa a 400 °C implicaría un consumo mucho mayor de combustible que no aportaría necesariamente demasiadas ventajas.
Algunas personas creen que la barbacoa debe ponerse muy, muy caliente para que se marquen los filetes y otros alimentos, pero esto, sencillamente, no es así.
Asimismo, aunque contar con un termómetro en la tapa de la barbacoa resulta muy útil, cabe recordar que este solo proporciona la temperatura del aire que circula por su interior. Las rejillas de cocción, por lo general, estarán mucho más calientes; no olvides además que deberías usar un termómetro de tipo sonda para comprobar la temperatura interior de lo que estés cocinando. Con nuestra línea de termómetros iGrill, saber cuándo estará lista la comida es más fácil que nunca.